El impacto del Home Office: perspectivas y regulaciones

En los últimos años, el concepto de trabajar desde casa, conocido como home office, ha experimentado un notable aumento en su adopción en el ámbito laboral, tanto en México como en todo el mundo. Esta modalidad ha alterado significativamente la forma en que las actividades profesionales se llevan a cabo.

Anteriormente, el trabajo remoto era utilizado solo por una minoría, representando apenas el 3% de los empleados a nivel global, según datos de la Organización de las Naciones Unidas[1]. Sin embargo, con la llegada del confinamiento en 2020, el home office se convirtió en una alternativa relevante, dando lugar a modelos híbridos que combinan la asistencia al lugar de trabajo con la realización de tareas desde el hogar.

Estas modalidades han ganado una gran aceptación, con el 97% de los trabajadores expresando su deseo de continuar realizando sus labores de forma remota, mientras que el 30% prefiere una combinación de trabajo presencial y remoto, asistiendo a la oficina unas tres veces por semana[2].

En respuesta a este crecimiento del trabajo a distancia, se implementaron regulaciones específicas, como la reforma del artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo en México, publicada en el Diario Oficial de la Federación en 2021. Estas regulaciones buscan conciliar las necesidades personales de los empleados con las exigencias laborales, estableciendo pautas claras para la relación entre empresas y colaboradores que trabajan desde casa.

Entre las obligaciones establecidas, se incluye que los empleadores contribuyan al pago proporcional de servicios como electricidad e internet, proporcionen las herramientas necesarias para realizar las tareas, respeten el derecho a la desconexión después del horario laboral y ofrezcan seguridad social. Por su parte, los trabajadores se comprometen a informar los costos de servicios utilizados para el trabajo en casa, cuidar los equipos proporcionados por la empresa y cumplir con las políticas de protección de datos.

El modelo de home office ha demostrado numerosos beneficios tanto para empleadores como para empleados, como la reducción de costos operativos y la mejora en la productividad. El 72% de los empleados reporta altos niveles de productividad gracias al trabajo remoto[3]. Además, esta modalidad ofrece horarios flexibles y una mejor distribución de actividades, lo que fomenta el compromiso y la lealtad hacia la empresa.

En resumen, el cumplimiento de las regulaciones para el home office allana el camino para una relación laboral más estable y enriquecedora entre organizaciones y empleados. Esto conduce a un aumento de la productividad, fortalece la confianza en el desempeño laboral y refuerza las responsabilidades mutuas entre ambas partes.

 

[1] Organización de las Naciones Unidas (ONU). (2021, 6 julio). Teletrabajo en América Latina: 23 millones de personas trabajaron desde casa durante la pandemia de covid-19. Noticias ONU. Mirada global. Historias humanas. Recuperado 15 de mayo de 2023, de https://news.un.org/es/story/2021/07/1494012

[2] Nueva normalidad, nuevas formas de trabajo. Home office y el regreso a los lugares de trabajo. (s. f.). PwC. Recuperado 15 de mayo de 2023, de https://www.pwc.com/mx/es/recursos-humanos/nuevas-formas-trabajo.html

[3] Nivel de productividad durante el periodo de trabajo desde casa según empleados en México en mayo de 2020. (2023, marzo 13). Statista. Recuperado 16 de mayo de 2023, de https://es.statista.com/estadisticas/1143367/nivel-productividad-empleados-periodo-trabajo-distancia-mexico/